El Dr.Arráez en “Salud es más” de Diario Sur

Salud es mas

Menos de un milímetro puede ser crucial. También la distancia entre un segundo y un minuto. Lo sabe bien Miguel Ángel Arráez, fundador del Instituto Arráez de Neurocirugía y jefe de servicio de Neurocirugía en el Hospital Regional de Málaga, figura de referencia internacional en ese campo. Rapidez y precisión, pero también cercanía y empatía hacia los enfermos y sus familiares componen la fórmula que este especialista reivindica para hacer frente al ictus.


- ¿Cuánto sabemos del funcionamiento del cerebro?


- Ciertamente, el cerebro ha sido el gran desconocido dentro de la anatomía y de la fisiología del organismo. De hecho, hasta hace relativamente poco se sabía poquísimo o casi nada. A pesar del desarrollo de la ciencia, el cerebro sigue siendo ese órgano inexplorado que siempre comparo con el gran ordenador del organismo. Todavía queda mucho por conocer.


- Y con todo lo que queda por conocer, ¿cree que le prestamos suficiente atención a nuestra salud neurológica?


- Posiblemente no, porque se trata de un órgano que tiene muchísima autonomía y sobre el que podemos influir muchísimo menos que el aparato locomotor. Todo el mundo sabe que yendo al gimnasio se pone uno más fuerte o que dejando de comer y haciendo ejercicio adelgaza uno, pero ¿cómo hacemos para mejorar el cerebro? No es fácil. Es cierto que en los últimos tiempos se ha puesto de moda insistir en que ejercitemos desde el punto de vista intelectual nuestro cerebro para que fomentemos su salud y su mejor funcionamiento.


- ¿Con qué ejercicios podemos conseguirlo?


- De una parte, podemos intentar prevenir las enfermedades del mismo, sobre todo desde el punto de vista cerebrovascular, a imagen y semejanza del corazón o de otros órganos. Tener la tensión arterial controlada, el colesterol, evitar el tabaco, el alcohol en exceso... y por otra parte, podemos ejercitarlo llevando una actividad intelectual en la mayor medida posible, empezando por la lectura y de ahí se puede pasar a determinados hábitos como el ejercicio de crucigramas para forzar al máximo la actividad intelectual.


- Y repasados los hábitos saludables, ¿cuáles son los síntomas con los que suele dar la cara un episodio de este tipo?


- Por situarnos un poco, con el término ictus hacemos referencia a una situación en la que se produce en el cerebro un infarto, a imagen y semejanza del corazón, y esa patología está más en manos de neurología, o se puede producir una hemorragia, que está más en manos de la neurocirugía. ¿Cómo podemos sospecharlo para actuar de la forma más rápida posible? Por norma general, lo que se va a producir es una pérdida de la función neurológica de forma súbita. Lo más frecuente es que el paciente presente una pérdida de fuerza en el brazo y en la pierna, en el cuerpo izquierdo o derecho, y en los casos en los que la pérdida sea en el brazo y en la pierna normalmente se acompaña de una pérdida de la función del lenguaje. En esas situaciones, debemos sospechar un ictus. Se trata de una pregunta muy pertinente, porque hace, por ejemplo, 15 años, se decía 'El paciente ha sufrido un ictus, pues mala suerte'. Pero en los últimos tiempos, y sobre todo en el sistema sanitario andaluz, se dispone de una red de unidades para el tratamiento del ictus agudo y ahora mismo existe todo un código ictus, de tal suerte que hay toda una cadena de especialistas que intenta que esa situación de falta de riego en el cerebro sea reversible en la medida de lo posible. Por eso es muy importante que el propio paciente y su familia puedan reconocer este posible ictus para que se ponga en marcha este código ictus.


- La rapidez de actuación es fundamental en estos casos...


- Es fundamental, porque vamos a tener una fase en la que el tejido cerebral no funciona porque está sufriendo de forma precoz la falta de riego, pero todavía no ha muerto, o una fase más tardía en la que desgraciadamente se ha perdido la función y se ha perdido también la capacidad de recuperación de la función neuronal.


- Hablando de esa recuperación, ¿qué porcentaje de pacientes suelen quedar con secuelas?


- Depende de la severidad del accidente vascular. Hay accidentes vasculares con mínimas secuelas, accidentes con completa recuperación en muy poco tiempo y hay otros con secuelas mayores o que incluso producen el fallecimiento, de ahí la importancia del diagnóstico precoz y de que el paciente pueda acabar lo antes posible en una unidad de ictus. En cualquier caso, es importante señalar que una proporción de pacientes va a quedar con unas secuelas muy marcadas, de ahí la importancia de una siguiente fase que sería el tratamiento de rehabilitación.


- En ese sentido, el ictus tiene una variable sanitaria, pero también otra social y económica. ¿Cómo afecta la situación socioeconómica del paciente a su evolución médica?


- En primer lugar, hay que decir que, aunque nuestro sistema sanitario público tiene algunos 'pecados', es justo reconocer que una de sus grandes virtudes es que proporciona potencialmente lo mejor desde el punto de vista del diagnóstico y del tratamiento y lo proporciona igual para el rico que para el pobre. Otra cosa distinta es qué ocurre con una familia que tiene un paciente con una gran invalidez y en la que el sistema sanitario y el aparato de ayuda social pueden llegar hasta cierto punto y a partir de ahí la situación económica sí influye en el ámbito familiar, como es fácil imaginar. Se ha trabajado muchísimo en esta dimensión social, pero la economía marca diferencias.


- Y junto a la dimensión social, el ictus también tiene un efecto emocional. ¿Cómo pueden cuidar ese flanco los pacientes y sus cuidadores?


- Es una buena pregunta, porque muchas veces, y esto es una pequeña crítica hacia nosotros como médicos, tratamos pacientes en quirófano y en planta y cuando el paciente sale del hospital, seguimos centrados en los pacientes que siguen en el hospital y es cierto que los pacientes que tiene un grado de merma con mucha frecuencia entran en una situación de bajada de ánimo y depresión. Muchas veces subestimamos el sufrimiento que eso supone de forma añadida al problema físico de los pacientes. Aquí es importante señalar que el cuidador, que suele ser la persona fuerte al lado del enfermo, también necesita ayuda, también necesita cuidados y algunas veces queda en la sombra ese aspecto.


- Los datos de Iberictus prevén que la incidencia de ese tipo de episodios se incremente un 35% hasta 2035, debido al aumento de la esperanza de vida. ¿Qué estrategias debe emplear el sistema sanitario para hacer frente a este aumento?


- La esperanza de vida en España es bastante elevada y esto está muy bien, pero conforme nos vamos haciendo mayores, van envejeciendo los órganos, incluido el cerebro. Y en ese cerebro anidan patologías del tipo accidentes vascular cerebral, enfermedad de Alzheimer y otras demencias, un proceso que se conoce como hidrocefalia crónica del adulto en el que se produce un acúmulo de líquido encéfalo raquídeo que va a tener unas consecuencias superponibles a las del alzhéimer, con la diferencia de que este tipo de deterioro con una intervención quirúrgica relativamente sencilla podemos salir al paso de esta patología.
- Y para cerrar esta conversación. Hablábamos al principio de los misterios del cerebro. ¿Llegará la medicina a conocer todos los secretos del cerebro algún día?
- Creo que sí, lo que no tengo claro es que yo lo vaya a ver... Me lo imagino en el contexto de las películas de ciencia ficción, donde vemos cosas muy irreales. En ese contexto veremos a alguien que diga 'Afortunadamente ya lo sabemos todo acerca del cerebro'. Seguro que va a ocurrir, pero estoy seguro de que estamos muy lejos de eso.

diploma miguel Angel arraez sanchez 2017

Ganador de la Edición de los premios
10 Top Doctors Awards 2015 / 2016 / 2017