Así es el ictus en personas jóvenes como Kiko Rivera: hasta en el 50% de los casos quedan secuelas

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Kiko Rivera fue ingresado de urgencia en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla tras sufrir un ictus. Con tan sólo 38 años, el cantante forma ya parte de una minoría de gente joven que ha sufrido un infarto o hemorragia cerebral, una dolencia que suele aparecer tradicionalmente a partir de los 50 años.

El término clínico ictus se utiliza para explicar dos tipos de episodios. El más común es el isquémico, que agrupa a un 80% de los casos y que supone la interrupción súbita del flujo sanguíneo a una parte del cerebro a raíz de una obstrucción. El resto, que representa aproximadamente el 20% de los casos, sufre una hemorragia cerebral (ictus hemorrágico), que implica la rotura de una arteria o vena de esta zona.

Lo más importante que hay que recalcar con el ictus es que tiempo perdido es cerebro perdido, Aproximadamente, el periodo vital para realizar una intervención se sitúa entre las primeras cinco horas desde el inicio de la sintomatología.
No hay diferencias entre las características de un ictus según la edad, como tampoco hay un aumento de casos en los últimos años debido a una causa específica.

Según estima un trabajo de investigación sobre accidentes cerebrovasculares en adultos jóvenes publicado en BMJ Journals, a nivel mundial, alrededor de 15 millones sufren un ictus cada año, de los que entre el 10% y el 15% ocurren en menores de 50 años.

Con la gente joven también tenemos que atender a los clásicos factores de riesgo, porque a veces pensamos que los menores de 50 años no tienen hipertensión, diabetes, obesidad o sedentarismo.

En el caso de los jóvenes, también hay que añadir el uso de tabaco, alcohol y otras drogas ilícitas, como la cocaína, que puede producir un daño directo en los vasos cerebrales, además de afectar directamente al corazón.

El 90% de los casos de ictus se podría evitar con una adecuada prevención de los factores de riesgo y un estilo saludable. Este es un dato relevante, pues las consecuencias de sufrir estos episodios pueden llegar a ser fatales.

Secuelas y daños

Si bien, en los últimos años se han producido grandes avances en el campo de las enfermedades cerebrovasculares y, cada vez, se consigue más independencia en los pacientes. Eso no quita que no queden secuelas, las cuales, según enumera la doctora, pueden ser, desde físicas, como afectaciones en un lado del cuerpo o alteraciones del lenguaje; hasta cognitivas, sin dejar de lado el daño psicológico que le puede quedar al paciente.

Una atención temprana es vital para este aspecto. Por eso, ante los primeros síntomas, es fundamental que la persona busque atención médica.

Los principales síntomas son la alteración brusca del lenguaje, desviación de la comisura bucal, pérdida repentina de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo, pérdida de visión por un ojo, falta de coordinación o equilibrio y/o sufrir un dolor de cabeza muy intenso. Para confirmar el diagnóstico, los especialistas realizan un TAC craneal que indique si se trata de un ictus isquémico o uno hemorrágico y ver qué tipo de tratamiento se le aplicará.

diploma miguel Angel arraez sanchez 2017

Winner of the Top Doctors Awards 2017
10 Top Doctors Awards 2015 / 2016 / 2017